Entrando en Sevilla

Aquí empieza lo bueno; calle Temprado, Jesús Atado a la Columna visita a los abuelos de la Caridad. Se desgarra una saeta con voz quebradiza de alguien que en su juventud desgranaría tarantos, fandangos, habaneras,... para nosotros es como una voz celestial, que nos ayuda a seguir en el "racheo" elegante, sin prisas pero al mismo tiempo  aguantando las preciosas imperfecciones de las calles de Sevilla. Sin tiempo para "estirar" el corazón llegamos a la capilla del santísimo cristo de las Aguas, aquel que un día perteneció al otro lado del río Grande y que hoy vive "la mar de agusto" en ese trocito de cielo junto al coso baratillero. Siempre nos acordamos de nuestro hermano costalero Juan Carlos Montes, cuarenta oraciones suben al postigo del cielo para recordarle que su último suspiro de vida nos sigue alentando a todos los que seguimos bajo las parihuelas y que todo lo que hacemos en este mundo solo tiene un final,... lo estás viendo ante tus ojos. Tras la "revirá" infinita, navegamos junto a las Reales Atarazanas iniciando nuestro rumbo hacia Sevilla por la calle Arfe. Te animo a que este año veas al cristo Atado y su santísima Madre por este marco incomparable, dejando a tu espalda la Torre del Oro y ante tus ojos a la Giralda.