jueves, 3 de febrero de 2011

Bueno ya llega la hora, por fin abro el buzón y me encuentro la carta más anhelada del año. Sí, ya llegó la hora, la hora de ir pensando en un año más que inevitablemente será un año menos. Cada vez que se produce este ritual recuerdo cuando acudí a mi primera "igualá". Si miro hacia atrás me veo como un chaval tímido, reservado, expectante ante los besos y abrazos "costaleriles" que se daban aquellos hombres. Llegué el primero y como no conocía a nadie sólo me quedo esperar sentado en la iglesia rezando para que no me rechazaran en esa mi "primera igualá". Tras un buen rato, empezaron con la charla de turno,el hermano mayor, el diputado mayor de gobierno, los fiscales de ambos pasos,... y en último lugar el capataz. Cuando acabó todo aquello, se comenzó a llamar a la gente, "la primera, a vé;... Migue, Salas, Foncu, Enrique,...". Yo permanecía a un lado junto a los demás aspirantes, y por fin el capataz me llamó para igualar en primera; estando allí delante de todo el mundo, sintiendome observado me veía el más alto, pero resultó que como a todo los novatos me cayó la bendita corriente. Desde aquel entonces hasta ahora, el costal ha ido paralelo a mi vida personal y cada año que pasa, recuerdo anécdotas, que coinciden en mi mente casi a diario, teniendo en cuenta que siempre hay que vivir cada Jueves Santo, como si fuera el último. Un abrazo a todos, nos vemos en el primer ensayo del año 1993.

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